martes, 9 de septiembre de 2014

ENSEÑANZA DEL DERECHO

   Al terminar la universidad, no hace mucho tiempo, me pregunté si lo que aprendemos según los planes de estudio es realmente derecho. En la mayoría de las universidades se enseña Derecho Privado y Derecho Público, dentro del primero Civil y Comercial junto con los procesales y algunas prácticas mientras que en el segundo grupo, Penal, Laboral, Administrativo y Constitucional. Encontramos un denominador común inherente a la enseñanza del derecho, se ven códigos, leyes, en general derecho positivo a raudales. Terminamos la carrera siendo eximios repetidores de artículos y en el mejor de los casos podemos conocer su fuente normativa y la aplicación e interpretación jurisprudencial, pero habitualmente el egresado promedio de derecho sabe poco más que su ubicación en el cuerpo normativo, la forma de encontrarlo y el tema al que refiere.
    ¿Aprender leyes es lo mismo que aprender derecho?.  Esta pregunta motiva la entrada, sin dudas debo decir que no. Aprender leyes es saber la expresión normativa del derecho, para trazar una metáfora, el derecho es el pensamiento mientras que las leyes son el lenguaje que lo manifiesta. Puede haber pensamiento sin lenguaje, sea este oral o escrito, pero indudablemente, no puede existir el lenguaje sin pensamiento previo.
    Ahora cabe preguntarse que es el derecho. A mi entender, seguramente sin ser muy novedoso en este aspecto, el derecho es un sistema de valores, de cohesión social, dado por una sociedad para organizar y resolver los conflictos que pueda albergar en su seno. Proyecta, mediante principios, aquellas conductas tolerables y tiende a vetar, reprimir, aquellas intolerables. Es la realidad subyacente a todo orden social que pretenda subsistir ante el embate de los cambios, conflictos y vicisitudes propias del paso del tiempo. Por esta razón, el derecho es inmutable, todas las sociedades de la historia, desde las más primitivas incluso, han tenido derecho, ergo, su orden social. Los principios, que no son derecho stricto sensu, son mutables según las variables coyunturales que afecten a las sociedades pero a su vez son mucho más estáticas que las leyes que, como capa superior de un sistema jurídico, están destinadas a modificarse ante el más mínimo viraje socio-político. Los principios están más cerca del derecho que las leyes, por eso su aprendizaje es esencial. Luego de esta breve descripción, cobra sentido lo mencionado en el primer párrafo, es decir, en las universidades aprendemos leyes, vemos una y otra vez la capa superior de un fenómeno mucho más complejo que, para su entendimiento, requiere conocer otras ramas del saber (Sociología, ética, política, incluso filosofía).
    Para tornar la enseñanza más completa, al menos debería haber una materia que estudie de forma enfática los principios jurídicos básicos, que los enuncie, desarrolle y replique, ahora si, en disposiciones de derecho positivo. El sistema puede ser mucho más sencillo de comprender si se lo explica de mayor a menor, de lo fundamental a lo básico, entender un complejo sistema sociológico a partir de las leyes, de meros artículos, es engañar al estudiante, decirle que puede ser licenciado en derecho cuando de esto entiende muy poco. Muchos dirán que si hubiesen querido abstraer el pensamiento hubiesen estudiado sociología, filosofía o antropología y no abogacía, bueno, yo creo que tal ejercicio mental no es una perdida de tiempo, es útil al entendimiento y nunca comprender un aspecto de la vida  será inútil pues en última instancia, aquello que vemos durante nuestro breve paso por la universidad podrá ser mejor conocido y aplicado si sabemos las razones que lo subyacen. Si supieramos como funciona el derecho, aunque no sea más que someramente, buceáramos en el mundo de los principios jurídicos, tuviésemos alguna formación en ética profesional y conociéramos algo de política (para mi es un arte), la repetición de artículos hasta el hartazgo,  en exámenes durante la carrera,  y luego en la profesión en diversos escritos, quedaría como un juego de niños en comparación al conocimiento que hemos adquirido. Sabríamos como funciona el motor sin contentarnos con, simplemente,  subirnos al auto y recorrer algunos kilómetros.
    Saber el 1113 del Código civil no es ningún mérito, cualquier persona con tiempo libre que desee aprender podrá leer una y otra vez el artículo hasta repetirlo como si lo hubiese redactado. Pero entender el principio que lo subyace es más complejo que repetir que toda persona debe responder por los daños producidos por cosas que posea o detente. El 1113 se basa en una coyuntura que quebró el mundo conocido hasta ese entonces, el gran cambio producido que modificó el esquema social y requirió variaciones en los principios y luego en las leyes que los proyectan fue la revolución industrial. Hasta mediados del siglo XVIII era poco probable que algo distinto al hombre le pudiera causar daño a otro hombre, sin embargo, el advenimiento del capitalismo industrial modificó el asunto, ahora una maquina perteneciente a un hombre o utilizada por él para obtener rentas, podía dañar a un individuo, en general a un trabajador suyo. El derecho no se alteró pues la cohesión se mantuvo, pues la irresponsabilidad objetiva latente no era un riesgo para un fenómeno tan arraigado, pero los principios reaccionaron...era injusto que un sujeto que pudiera obtener beneficios de una maquina no respondiera cuando esta causaba un daño, en pocas palabras, era injusto que se enriqueciera sin causa, he aquí el principio subyacente. Esta es una opinión y quienes no adhieran podrían manifestarlo, lejos estoy de plantear una verdad no discutible, pero ¿cuantos han siquiera meditado sobre el fundamento sociológico del 1113?, tenerlo lo tiene, como todo artículo de toda ley de todo sistema jurídico, si  el que enuncié es correcto, dependerá del criterio de cada uno.
   En conclusión, considero que el derecho es mucho más complejo que las leyes y por ende su enseñanza, si desea llamarse completa, deberá solicitar el auxilio de otros saberes como la sociología, la filosofía y la política, en orden de importancia. Como en la actualidad no muchas universidades ahondan en el asunto, será labor de cada abogado buscar doctrina que le permita acceder a las bases del sistema, para poder entenderlo mejor...si es que lo desea.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario