viernes, 13 de febrero de 2015

HÍBRIDO JURÍDICO

   Son las 17:15 horas, siempre la recordarás, algo dormirá en vos, rememorarás una y otra vez el momento en que bajabas por la escalera que tantas veces te vió subir, casi con el último atisbo de aire, para no llegar tarde a la clase de aquel profesor que denostaba al impuntual. La escalera te siente confundido, lo estás, es tu momento, cuando tu familia y amigos esperan que la gloria asome por la puerta, el orgullo, las horas de dedicación y trabajo, por fin,  rinden sus frutos.  Aquella historia que comenzó con un simple "bolo", casi el extra de un comercial barato,  y termina mostrándote como protagonista, con un plano corto y pausas interminables...te recibiste, lo que parecía lejano,  está al alcance de la mano, perdonen la rima, pero ahora podes permitirla, ya sos abogado.
   Pero los días pasan, la explosión de placer entra en un letargo, primero pequeño pero luego agigantado con el transcurrir de las semanas/meses. Ya rendiste tu última materia, para tu familia y amigos serás el abogado, para las personas que no te conocen no hace falta mucho para que saqués a relucir tu récord académico, así te dirán doctor sin serlo, el pecho se te inflará pero (pausa dramática), hay un pequeño detalle...para el estado todavía no reunís los requisitos para poder llamarte abogado pues el título no ha sido expedido, entonces es ahí donde aparece el híbrido jurídico, aquella criatura mitológica mitad abogado mitad estudiante, dotada de orgullo inherente a la profesión y humildad estudiantil y carácter dubitativo existencial, rasgo propio.
   Las horas, otrora cubiertas por las interminables jornadas de lectura intensiva, desde los tomos de Derechos Reales de Mariani de Vidal hasta el último bastión, aquel alemán algo rebuscado llamado Werner Goldshmidt con su "Teoría Trialista del Derecho",  ahora son mucho más largas. Ya no hay cursadas ni aquella inercia moral que transformaba el pequeño rato destinado a navegar por la Web en estudio, como si siempre faltara algo por saber, la libertad hace actos de presencia con su lógica consecuencia, el tiempo libre.
   Con algo de suerte, es decir trabajo, se podrá atenuar el vacío, pero en el caso opuesto, el híbrido jurídico habrá de permanecer unos meses en el purgatorio... jurídico, desdramatizando. Aquí la extraña criatura habrá de intentar insertarse en el mundo laboral, con más o menos suerte, dependiendo de factores que van desde los contactos hasta la apariencia física, pasando (brevemente y sin parar) por la capacidad/aptitud profesional. Cuando en la facultad den un curso sobre "La Prenda sin desplazamiento según los pueblos originarios" ahí estará, en primera fila y sin poder creerlo, el híbrido, preguntándose qué hace ahí, pues cuando estudiante jamas habría osado asistir a un cursillo semejante. Resulta que se extraña la disciplina, el tener que estudiar incluso cuando la voluntad y el propio sentido común indican lo contrario, todo lo que agote esa angustia existencial y haga sentir al individuo, por un pequeño rato siquiera, en el Nirvana jurídico, servirá.
   Y de pronto ocurre lo imposible, o lo temido, pues siempre hay un conocido que trae un caso que, sin ser "el caso", no deja de ser muy rentable. Ahí, cuando solicita nuestros servicios, demostrando la infalibilidad de la "Ley de Murphy", no tenemos otra opción que decirle algo:  "Lo que pensamos": Mirá Cachito, la verdad es que aquel día que me fueron a tirar huevos y harina y me transformaron en algo similar a un omelette humano fue simbólico, para quien importa realmente todavía no soy abogado, no tengo el título, así que llevá ese caso con varios ceros a alguien que pueda trabajarlo legalmente,  porque en mi caso,  hoy día, la profesión es tan útil como una podadora en la peatonal Florida o "Lo que decimos": Mirá Cachito, todavía no tengo el título pero dame unos días y veo que hago (como si realmente hubiese una solución...legal, a tal dilema). Todo sea para no admitir que se es un híbrido jurídico.
   Pero híbridos, estén tranquilos, el título alguna vez llega, el estudiante se aleja, poco a poco y le damos la bienvenida al abogado, las oportunidades afloran (quizás) y el purgatorio será una etapa de la que nos reiremos en algunos años (?).

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