miércoles, 20 de mayo de 2015

PRECEDENTE PIOMBO

   Es un mal precedente, tanto el judicial como aquel que se desprende de las sanciones aplicadas al juez en cuestión en virtud de su decisión en una sentencia . Es una época delicada, podrán preguntarse cuándo no fue una época complicada en ésta querida nación, de todos modos hoy día se discute con asiduidad el rol de los jueces y su independencia ante embates que, por momentos cada vez mas habituales, pretenden despojar al poder judicial de la independencia que merecen.

   Vamos a parar la pelota y partir de una premisa indudable: El poder judicial es independiente a los demás poderes, el legislativo, el ejecutivo y el cuarto poder, aquel que no siempre es considerado, pero que demuestra estar a la altura del resto, se trata de los medios de comunicación y su presión/coacción sobre la opinión pública. Con esto se busca evitar injustas intromisiones que diezmarían, poco a poco, la división republicana de poderes. En el precedente Piombo no hubo intromisiones del poder ejecutivo, tampoco del legislativo, el hecho que se haya un pedido de "jury" contra el juez mencionado no significa que se viole la atribución de poderes judiciales, pues se trata de un mecanismo legal destinado a diagramar los famosos "pesos y contrapesos" de poder. Es el cuarto poder, aquel que no tiene contrapesos, el que inició un proceso que puede marcar un precedente peligroso. Los medios masivos de comunicación siempre hacen gala de su capacidad de dirigir a gusto y placer a la opinión pública, generando un efecto peligroso: la repetición de noticias, a veces ciertas, otras ciertas pero sacadas de contexto, otras veces falsas, pueden generar enardecimiento popular, mucho más que el que podrían generar los otros 3 poderes juntos, actuando solamente para ello.

  La presión del cuarto poder ha derivado en varios brazos de acción, así,  desde el ámbito universitario la presión de las agrupaciones académicas, aquellas que tanto hacen día a día por el alumnado, han logrado su objetivo: separar a Piombo del plantel docente de forma definitiva. ¿Puedo decir que hubo una injusta intromisión de poderes?. En el caso concreto no, Piombo fue libre para adherir al voto del magistrado preopinante, es por esa razón que hablo del "precedente Piombo" como pasible de generar una coacción futura en las mentes de algunos magistrados que degenere en fallos donde no se vote a conciencia, con plena convicción en la solución concreta del caso (por más injusta que sea y susceptible de ser juzgada a tenor de los mecanismos previstos por la ley para eventualmente separar a un juez de su cargo) y, en cambio, se tenga en cuenta la reacción posible de la comunidad general, azuzada por los medios de comunicación y su habitual desconocimiento en temas legales, para decidir el contenido de una sentencia. Ante una situación similar, en el futuro, hay que tener mucha seguridad en el derecho y funcionamiento ideal de las instituciones para dictar un fallo, a sabiendas impopular, atento a la posibilidad de crearse sobre la figura del juez una suerte de villano social, casi como un Tótem que representa todo lo que la comunidad odia, resumido en aquel individuo que se ha transformado en el enemigo público numero uno...el magistrado podrá suponer que la utilización de ciertas expresiones o la decisión en uno u otro sentido generará una aparición no deseada en una suerte de cadena nacional noticiosa, repudios en los ámbitos académicos donde tantas veces fue aplaudido y admirado, incluso, como ocurrió con Piombo en Mar del Plata, una posible declaración de persona no grata por parte del municipio/comuna/condado.

  Siempre, gustoso, utilizo metáforas deportivas para marcar puntos de vista. En el caso concreto da la sensación que el actuar de los medios masivos de comunicación fue la patada inicial para dar pie al juego, a partir de ahí, distintos ámbitos que representan a los poderes de la república se han visto en la necesidad de dar rápida solución a una demanda popular cuya existencia es indudable, Piombo es un juez conocido, es polémico en algunos de sus fallos, en otros sostiene criterios cuestionables, entonces no hay que quedarse de brazos cruzados pues la "no sanción o repudio" del asunto puede generar facturas que, máxime en un año electoral, pueden ser desagradables. Así Gustavo Pulti, el intendente del Partido de General Pueyrredón, elevó un proyecto de ordenanza para declarar a Piombo "Persona no Grata", en el ámbito municipal, obviamente, también la Facultad de Derecho de la UNMDP separó a Piombo del plantel docente y en la UNLP hay solicitudes de juicio académico.

   Piombo es historia, su destino es el ostracismo, de seguro aquel "Jury" será apurado, entonces se terminará su carrera judicial, las universidades lo separaran de todo cargo y participación docente y académica que pueda tener, los municipios lo declararán "Persona no Grata" y toda sanción que no llegue a la lapidación pública o destierro (si bien tengo mis dudas dado el fervor popular) serán aplicadas, lo que quise marcar con esta entrada es lo peligroso para la independencia total de un poder, como es el Judicial, que puede resultar el "precedente Piombo". Si un juez con años de carrera en la magistratura puede ver derrumbado su prestigio con una sentencia por demás cuestionable, qué quedará para aquellos que hoy día siguen en el anonimato, aquellos sobre los cuales el ojo crítico y cínico del poder mediático no ha recaído, cómo podrán animarse a dictar una sentencia, que quizás genere polémica,  si todo tipo de sanciones y repudios son la consecuencia certera. Ahí es donde comienza el juego que ha iniciado el cuarto poder y que los demás poderes obedecen, quizás por convicción, quizás por demagogia, aquel juego que puede coaccionar las voluntades de los magistrados y representar una intromisión indebida en el ámbito de acción del Poder Judicial. El juego de Piombo se ha terminado, lo ha perdido, pero comienza uno mucho más interesante, un juego donde se debaten valores, poderes, incluso concepciones morales sobre la libertad y qué tan relevante puede ser la opinión popular para definir el futuro de personas con alto grado de preparación técnica que se expresan en sentencias con alto grado de preparación técnica, valga la redundancia. Será cuestión de esperar para ver cómo actúa el "Precedente Piombo" de aquí en adelante.

   Como corolario a la entrada cabe preguntarse, ¿y si dejamos que los jueces se expresen mediante sus sentencias y se hagan cargo de las responsabilidades que puedan caber de acuerdo al proceso legalmente establecido para dilucidarlas?, ¿no es algo excesivo proceder a decretar una suerte de "muerte civil académica" a un magistrado, sin considerar su calidad como docente,  por haber dictado un fallo con mucha repercusión popular negativa? ¿deben los integrantes del plantel estudiantil y académico de las universidades, así como los políticos, tomar decisiones en tiempo casi récord, pareciendo más que se intenta ejemplificar de modo casi mecánico,  en lugar de estudiar el caso con la frialdad que corresponde?. Espero que ustedes, queridos lectores, puedan responder a tales interrogantes.

2 comentarios:

  1. Estimado Juan Manuel: opino que sin prejuicio del legítimo derecho a discrepar de las resoluciones judiciales y a su crítica, el procedimiento apropiado para cambiar los criterios motivados y razonados de los jueces en sus resoluciones debe ser únicamente el de los recursos jurisdiccionales
    Así como el Poder Ejecutivo lo afirma, igualmente el Poder Judicial todo debería decir claramente que las críticas, las quejas y la presión a través de los medios de comunicación frente al criterio motivado y razonado de un juez constituye un menoscabo de los principios de independencia e imparcialidad necesario en una sociedad democrática.
    Es obvio que la Justicia es más lenta que los medios y que el mundo de la “hiper-realidad” todo parece “muy lento” y por ende, injusto.
    Por otra parte, todo juez debe saber que estará expuesto al agravio, como todo aquel que se involucra en el desafío de llegar a la verdad siempre lo está.
    También creo necesario plantearnos desde el derecho una visión crítica de las declaraciones de “persona non grata” y analizar si las mismas son dictadas legítimamente, esto es desde la perspectiva del acto administrativo y teniendo en vista sus particularidades. En MDP fue declarado “persona non grata” el actor Antonio Gasalla.
    No me parece seguro vivir en un ámbito que posibilite la estigmatización social (aunque no comparto la opinión del Juez Piombo en el fallo)
    Saludos
    Enrique Alonso
    enriquealonso2007@gmail.com

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  2. Muy atinado tu comentario Enrique Alonso. Gracias por tu participación.

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