martes, 26 de agosto de 2014

¿SOBRAN LOS ABOGADOS?

 Seguramente hayan leído o escuchado dichos celebres como el "serás lo que debas ser o serás abogado" o "debajo de cada piedra sale un abogado". Bueno, con este humilde posteo pretendo intentar desmentir tal extremo. En la Argentina según datos no tan recientes, habían 190.000 abogados matriculados, supongamos ahora que ese número se haya incrementado, pongamos un extremo de 300.000 abogados matriculados en todo el territorio de la república. La cantidad sin dudas es importante, pero ahora debemos también considerar que la población ha crecido y rozado los 45 millones de HABITANTES. Obviamente no es esperable que todos los habitantes tengan que recurrir a un abogado al mismo tiempo, de hecho mucho de esos habitantes probablemente jamas hayan visitado a un abogado, pero tampoco podemos considerar que los 300.000 abogados matriculados ejerzan efectivamente su profesión o que no tengan el título bloqueado por su desempeño en alguna dependencia que así lo determine o requiera. Logicamente no todos los abogados matriculados ejercen con un estudio particular, muchos se asocian y comparten un estudio o trabajan para otro abogado con más experiencia, pero si todo esto no ocurriese, las posibilidades profesionales del abogado si bien reducidas, aún seguirían existiendo.
    Ahora creo que es importante desmenuzar el origen de conceptos que motivan esta entrada. Para mi la razón fundamental por la que se estimula constantemente la "mentira" de que sobran abogados es la deficiente formación práctica con la que salen la mayoría de los estudiantes universitarios de la carrera de grado y esto a su vez responde a otra cuestión insoslayable para entender el tema,  basada en la propia economía de mercado, inserción profesional o como pretendan llamarle...no conviene a los abogados con muchos años en la matrícula ver como el nicho laboral en el que se hayan inmersos se ve ocupado por jovenes abogados con formación profesional satisfactoria y conocimientos teóricos mucho más frescos. Dicho de forma más sencilla, el sistema funciona de la siguiente manera: Estudiantes se reciben con escasa o nula experiencia práctica, saben que hay muchos abogados pues lo han leído o escuchado en muchos sitios y deben aceptar trabajar en un estudio privado o dependencia pública bajo condiciones que no aceptarían si tuviesen formación práctica adecuada para intentar un emprendimiento propio o al menos, negociar condiciones laborales más cercanas a sus intereses.
   Es dable analizar el marco económico social de la Argentina, brevemente, para comprender las vicisitudes de la profesión de abogado. Yo creo que la abogacía es una carrera muy dúctil pero la condición sine qua non para que se desarrolle de forma efectiva es el conflicto en cualquiera de sus vertientes, sea laboral, comercial, con el estado, con una empresa o un tercero. Este país ha sabido acostumbrarse a la conflictividad social y económica. Me pregunto que pensarán quienes sostienen que hay un exceso de abogados si les digo que en el período Agosto 2013-Agosto 2014 se han cerrado cerca de 300.000 cuentas sueldo, acaso detras de esas cuentas no hay posiblemente un conflicto laboral en puerta que requiera el auxilio de un letrado?. Pensemos ahora en la recesión que afecta al país y las pequeñas y medianas empresas que han tenido que concursarse o peor, quebrar...deberán contar con un abogado que presente la petición a concurso o, en su caso, quiebra y que trabaje durante todo el proceso pero esto no acaba aquí pues si se ha llegado a tal situación apremiante también hay acreedores que se presentarán con abogados a solicitar la verificación de su crédito o revisar las peticiones de los demás acreedores, asesorarán a su cliente en cuanto a la propuesta, en caso de concurso o en cuanto a la realización forzosa de los bienes si se trata de una quiebra. Multipliquemos un concurso o quiebra con 10 acreedores promedio por varios miles de supuestos, seguramente el número de abogados es bastante alto sin siquiera hacer cuentas ficticias. Y la accidentología vial?, en un país con una tasa importante de accidentes de tránsito con heridos y/o muertos vemos como los abogados penalistas y civilistas pueden tener empleo para defender los legítimos derechos de sus clientes a obtener una condena o reparación justa e integral dependiendo del ámbito en que ejerzamos la presentación. Y los civilistas?....que yo sepa la gente sigue muriendo ergo se abren sucesiones, hay personas que celebran un matrimonio pero años después se dan cuenta que no eran el uno para el otro (quizás nunca lo fueron) y deciden divorciarse, otros venden sus propiedades, otros las compran, simplemente para mencionar actividades comunes. Y los sociataristas?, siguen planteándose nulidades asamblearias, cuestiones relacionadas a la emisión de acciones bajo la par, fraudes societarios, licuaciones de participación, inoponibilidades o irregularidades en la labor de administradores...bueno, más abogados. No me olvido de mencionar a los penalistas, a los previsionalistas que luchan durante años para que a su cliente le reajusten los haberes o peor, se los reconozcan o a quienes trabajan para empresas en el sector privado. Tierra fértil para abogados se ha dicho, las mencionadas y las que ustedes crean que olvidé, tierra prospera para abogados.
    Por otro lado se habla en general, como contraposición al exceso de abogados, a la escasez de ingenieros. Esto puede deberse a la poca preparación en ciencias duras que reciben los alumnos en el secundario y las falencias de muchas de las escuelas técnicas que no han sabido preparar futuros ingenieros pero también creo necesario relativizar tal escasez. Si viviesemos en Japón o Alemania y por algún motivo los alumnos se volcasen a ciencias blandas diría que estamos ante un problema pero aquí eso no ocurre, es decir la industrialización Argentina es siempre esa eterna promesa que  trata de generarse pero se desmantela antes de comenzar a funcionar de forma autónoma. Se fomenta la industria pero años después un Default o una crisis económica retraen la actividad, generando despidos, concursos, quiebras e innumerables conflictos que requieren la participación de un letrado que desde las sombras, cuando realmente creía que el país daba el paso al primer mundo industrial, debe acudir al rescate de un empleado despedido sin causa o un pequeño empresario con la soga al cuello que, ahora si, valora y agradece su participación sin creer que hayan demasiados abogados.
   Si recordamos al celebre Lionel Hutz, cuando imaginaba un mundo sin abogados y vislumbraba personas en ronda abrazadas, quizás la escena puede ser graciosa pero sin dudas no deja de ser una parodia absurda de la realidad. El arquetipo de abogado requiere conflicto para vivir, como un humano oxígeno o un pez H2O, y ese conflicto no es una mera escena cosificada/disecada, se trata de personas reales que han llegado al punto donde su patrimonio, libertad y hasta propia vida dependen de un sujeto que con,  su pericia o impericia,  definirá gran parte de SU FUTURO. Y estos conflictos  son aislados en una sociedad avanzada que  ha aprendido mediante educación a resolver sus problemas de formas alternativas máxime, son comunes en nuestro país y seguirán siendo pues la conflictividad social es moderada y económicamente alta. Desde este enfoque la profesión de abogado lejos de ser una carga para la sociedad, es diría,  hasta noble.
   Entonces jóvenes abogados o estudiantes sin esperanzas, si alguna vez alguien les dice que hay muchos abogados les recomiendo con mucha humildad responder que hay una cantidad proporcional entre profesionales que se reciben (o recibirán) y conflictos que requieren (requierán) su participación y que la falta de ingenieros como habitual contraposición,  no siempre se debe a la terrible abogacía que con sus garras atrapa a los inocentes egresados del secundario que quieren aprender de números y terminan leyendo artículos del código civil hasta el hartazgo sino a una matriz productiva que aún está muy lejos de desarrollarse y necesitar tantos ingenieros como para estimular un éxodo masivo de estudiantes a las ciencias duras. El día que se necesiten más ingenieros que abogados seguramente lo veremos en el PBI industrial o a simple vista nos daremos cuenta, pero eso no ocurre en la actualidad. Mientras en conflicto supere al desarrollo seremos necesarios, dicho de forma más coloquial, mientras seamos argentinos...seremos abogados.

4 comentarios:

  1. Interesante reflexión! Para seguir investigando y debatiendo! De qué fuente tomás ese número de abogados matriculados? Saludos y te esperamos por nuestro blog!

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  2. El número proviene de una exageración destinada a intentar demostrar, a groso modo, que incluso si fuesemos una inmensidad de profesionales, todos podríamos tener acceso a una profesión digna, con captación de casos, ante el supuesto idílico que el reparto de los mismo sea equitativo. El motivo de haber efectuado cálculos tan genéricos proviene del medio en que publico estas cuestiones, pues un análisis más profundo, que sin dudas haré en otra entrada, requiere mucho más espacio y no estoy del todo convencido que sea apto para un blog. De todos modos al ver que ha despertado interés, me embarcaré en el asunto para conseguir datos más confiables y hacer un calculo más pormenorizado. Un saludo, gracias por comentar y me pasaré por el blog.

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    1. Debe conocer al menos 50 abogados y todos reniegan de su triste realidad, de la falta de clientes, de no poder vivir de su profesión. Llegue por accidente a este pobre y nada sustancioso articulo pero la curiosidad ganó y la lei. Hay demasiados y eso lo afirma gente mucho mas capacitada que vos que solo sos un don nadie.

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    2. Buenas noches, muchas gracias por el invaluable aporte. Para la próxima vez, sería interesante que publicaras con un usuario, así al menos sé de quién viene la opinión. Respecto a lo que dijiste, si conociera a 50, 100 o 1000 abogados, ¿eso le quita rigor al análisis?, evidentemente no tenes idea de la manera en que se hacen las encuestas, por ejemplo, tomando un grupo y analizando la situación del mismo para proyectar los resultados en cantidades más importantes. En relación a tu valoración hacía mi persona, bueno, agradecería saber quién opina que soy un "don nadie" ya que es mucho más probable que lo sea alguien que publica en un blog ajeno, que se toma el tiempo de leer, y ni tiene el tupé de poner su nombre real o, al menos, su usuario. Un abrazo y siempre se valoran los aportes.

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